Según los genealogistas los apellidos eran heredados habitualmente del padre, pero no era una norma estricta, pues podían elegirlos, por ejemplo de la madre en el caso de que su familia fuese más poderosa o importante, e incluso unir los de ambos padres, algo que a día de hoy sigue sucediendo.
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- Brígida Rivero (Arroyo), la mayor, nació en 1744.
- Alejandro Hernández-Rivero lo haría en 1746.
- Francisco Rivero (Arroyo) en 1748.
En el caso de Brígida y Francisco, Arroyo lo guardo entre paréntesis para indicar que esa sería su posición, pero realmente se registraba un sólo apellido, en este caso Rivero, que parece ser el más importante de los tres que podían elegir: Hernández, Rivero y Arroyo.
En cambio a Alejandro (Alexandro), lo registraron con el compuesto de su padre, Hernández-Rivero.
¿Y por qué Rivero? Parece ser que se trataba de una casa noble con origen en Asturias hacia mediados del siglo XV, solamente 300 años antes de que los tres nacieran, y que una de sus ramas se extendió por el Reino de Castilla. Quizás José aún conservaba este linaje y así quería hacerlo saber.
No obstante, aunque hoy en día es un apellido común (60.000 personas entre primera y segunda posición), hace 300 años debía de ser bastante conocido, pues calculo que existirían unas 1500~2000 personas como mucho portándolo.
Pero volvamos a la línea de la que es mi octavo apellido.
Alejandro se casó en Villar de Ciervo en 1768 con María Carlos Cabrero Montes, natural de la misma villa y nacida en 1748. De este matrimonio salieron tres hijos de los que tenga constancia: Rosalía, Juan Francisco y Baltasar, llevando los tres como primer apellido Rivero.
Juan Francisco había nacido el 19 de junio de 1772 en la misma localidad en la que sus padres contrajeron nupcias, y en la que él lo haría el 16 de mayo de 1795 con Josefa Plaza Sánchez.
Juntos tuvieron 11 hijos de los que tenga constancia, todos ellos entre 1796 y 1816, siendo Andrés por el que seguirán estas líneas, nacido el 3 de febrero de 1809.
En 1831 contraería matrimonio con Teresa Griselda Andrea Zamarreño, nacida el 30 de abril de 1804, todo esto aún sin salirnos de Villar de Ciervo.
Andrés Rivero Plaza y Teresa Griselda tuvieron 8 hijos: María, Blas, Francisco, Agustín, Juan, Baltasar, Gregorio y Felipe, todos ellos apellidados Rivero Andrea.
Nos fijaremos en Blas, el nacido el 30 de septiembre de 1841, pues este será por el que continúan mis ancestros.
Blas Rivero Andrea se casó el 4 de septiembre de 1869 con Juana Rodríguez Zamarreño, prima segunda suya y por la que tuvieron que solicitar permiso que les fue concedido.
Blas y Juana tuvieron -junto a otros 3 hermanos- a Tomasa el 21 de junio de 1881, mi bisabuela, última en llevar este apellido en primer lugar, pues cuando se casó con Baltasar González Plaza, sus hijos Clementina y Juan pasaron a llevarlo en postres.
Solamente tuvieron dos hijos, pues Tomasa murió muy joven, y por lo que Baltasar volvió a Casarse, esta vez con una mujer natural de Bañobárez llamada Marcelina Bartolmé Manzano y con la que tuvo otros tres hijos más.
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