En mi árbol genealógico, aunque con un mismo origen, este se diversificará en dos líneas por dos hermanos: Juan y Pedro Zamarreño Simal, aunque su origen podemos fecharlo dos generaciones antes con Juan, nacido aproximadamente en 1626 y con su hijo Francisco, nacido en 1656.
Las dos líneas separadas al principio del siglo XVIII volverán a unirse cinco y seis generaciones más adelante en mi bisabuela Tomasa, siendo la primera generación que lo pierde en las dos primeras posiciones. Mi bisabuela tendría más adelante a Clementina, y esta a Tomasa y Rocío (Fallecidas párvulas), Teresa, Ángeles, Rocío -mi madre-, Jesús, Gonzalo, Felipe, Baltasar y Juan, los últimos descendientes nacidos en Villar de Ciervo desde hacía más de 300 años.
Cuando consultamos la base de datos del Instituto Nacional de Estadística y preguntamos por la cantidad de personas que se apellidan de este modo, nos responde que existen 1750 habitantes que lo portan entre la primera y segunda posición. Pero en cambio si nos fijamos en la tabla de provincias, esta nos desvela un dato curioso, pues solamente en la provincia de Salamanca existen un total de 560 habitantes, la tercera parte del total, casi tres veces más que en Madrid con 190.
Parece ser el origen de este apellido la población salmantina de Zamarra, situada en la comarca de Los Agadones, y que este, es el gentilicio del mismo.
Zamarra en un mapa del siglo XVIII. |
Y si en esta población nació, se derivó, al menos hacia mi árbol, a Villar de Ciervo, ya que es allí donde se encuentra el registro más antiguo en el siglo XVII y continuará llegando a mis tatarabuelos Juana y Juan confluyendo en Tomasa, mi bisabuela.
Como nota curiosa , nótese que Francisco Zamarreño Pérez es mi nonabuelo (Por Pedro) a la vez que octabuelo (Por Juan), dado el cambio de años en las generaciones por ambas líneas.
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